Los beneficios de un techo curvo son numerosos, por lo que representa una excelente inversión, sobretodo para espacios dedicados al trabajo o al almacenaje de productos, gracias a que es un tipo de techo que puede ser completado en un menor tiempo en comparación con lo que toma culminar un techo plano. El costo total también baja de manera significativa, dado que la lámina de acero en cualquiera de sus presentaciones y aun con un recubrimiento incluido, es más económica y fácil de trabajar en comparación con el concreto.

De igual manera, un techo curvo trae consigo múltiples ventajas, tales como un área más grande de trabajo, pues el techo está levantado y crea una impresión más espaciosa en el interior del sitio, que puede ser aprovechada para el almacenaje de productos o de transportes con un tamaño grande, sin que existan riesgos de accidentes relacionados con el tamaño. También tienen mejor desempeño ante la lluvia, pues no se generan charcos ya que el techo curvo lo impide, por lo que el agua escurre por los bordes de la lámina, sin importar la intensidad de la precipitación.